Un proceso de ordenamiento para el sistema, garantía de transparencia e igualdad de oportunidades para los educadores y un resguardo del derecho de los estudiantes.

 

Las asambleas docentes para la cobertura de cargos, sistema formal para el acceso de los docentes al trabajo, generan un círculo virtuoso de organización que repercute en todo el ámbito educativo y su proceso formativo.

Consciente de esto, el Ministerio de Educación de la Provincia puso durante el 2021 un marcado énfasis en la regularización de un sistema educativo que sufría las implicancias de haberse postergado estas asambleas durante mucho tiempo. Y, aun con las adversidades que la pandemia generó, la cartera educativa logró casi desde principio de año realizar numerosas asambleas docentes en todas las cabeceras departamentales habilitadas de la provincia.

Desde las primeras, que se concretaron por el mes de abril y regidas por estrictos protocolos sanitarios, hasta la del pasado fin de semana, ya se realizaron unas 13 Asambleas Ordinarias para la Cobertura de Cargos de Interinatos y Suplencias docentes en todas las Zonas designadas, en los niveles Inicial, Primario, Especial y Educación Permanente para Jóvenes y Adultos (EDJA); como así también del Nivel Secundario en sus modalidades, común, rural, técnica y de jóvenes y adultos. Un intenso y costoso proceso en el que la cartera conducida por la ministra Andrea Centurión invirtió tiempo y recursos, conjuntamente con el trabajo articulado de la Contaduría General de la Provincia y las áreas de la Dirección y de la Secretaría de Recursos Humanos Docentes dependiente del Ministerio de Trabajo y Recursos Humanos de Catamarca. Impelido por el convencimiento de que el cumplimiento con estos procesos genera un saneamiento de todo el sistema y repercute directamente en la calidad educativa.

Solamente en las últimas asambleas, que se llevaron a cabo entre el viernes y sábado pasado, en las 17 escuelas cabeceras, se concursaron más de 650 espacios curriculares que representan más de 2.000 horas. Números que se repiten en el detalle pormenorizado de todas las instancias de cobertura de cargos realizadas durante el año: cerca de 2785 espacios curriculares ofrecidos sólo en el Secundario a lo largo de las cinco asambleas que se abrieron para dicho nivel; más de 2200 cargos publicados para los niveles inicial y primario; miles de horas de formación que a partir de estas asambleas se dictarán de forma regular y ordenada.

Como en todo sistema, el correcto funcionamiento de las partes aporta a la fluidez del mecanismo, favorece a todas las piezas y ejecuta mejor el trabajo para el cual está diseñado. La reactivación intensiva de las Asambleas Docentes contribuye enormemente al funcionamiento del sistema educativo, resguardando los derechos y oportunidades de los docentes, en su calidad de trabajadores, y de los alumnos, como beneficiarios finales.

En esa doble función de garante de los derechos, la reactivación de las Asambleas Docentes posibilitaron a cientos de docentes acceder por primera vez a un cargo o a horas cátedras de un espacio curricular. Cientos de trabajadores de la educación, con formación profesional superior que tuvieron en dichas asambleas un proceso previsible y ecuánime para insertarse en el mercado laboral para el cual se habían preparado.

Por su parte, la cobertura de cientos de cargos y espacios curriculares en cada una de las zonas en las que se divide la provincia significa un avance en garantizar a los estudiantes de toda la provincia un dictado pleno de los contenidos curriculares. Que, de otra manera, podrían no cumplirse por la falta de docentes asignados a esas horas o cargos. Con lo que, a partir de estos procesos de concursos y designaciones, miles de alumnos catamarqueños de todos los niveles ven fortalecido su proceso formativo.

A las complejidades geográficas que presenta la provincia, con una extensísima y accidentada superficie, para concretar las Asambleas Docentes este año se agregaron todas las dificultades propias de un mundo en crisis por la pandemia global. Aun así, contra todas esas barreras, el Ministerio de Educación se propuso y logró ejecutar un ambicioso cronograma, que hasta el momento se ha cumplido con creces. Un proceso vital para ordenar el sistema educativo y garantizar los derechos de sus principales actores.